[ microcuento.blogspot.com ] La maestra había ejecutado al piano aquella hermosa melodía, una, diez, cien, mil veces. El chiquillo la escuchó pacientemente, una, diez, cien, mil veces. La sabía de memoria a ojos cerrados y sólo podía entonarla o silbarla. Pero del piano jamás pudo arrancarla. Desesperada la maestra, había increpado una, diez, cien, mil veces al niño. Éste, había prometid...
Etiquetas: microrrelatos, painista, exasperada, maestra, padre
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